En la década de 1950, China experimentó una de las políticas más desastrosas de su historia: la Gran Revolución Cultural. Uno de los episodios más emblemáticos de esta época fue la matanza masiva de gorriones, una decisión gubernamental que tuvo consecuencias catastróficas para el país. Aunque los gorriones eran considerados plagas, su exterminio desencadenó una serie de eventos que condujeron a hambrunas generalizadas y un sufrimiento inmenso para la población china.
En la década de 1950, el gobierno comunista chino, liderado por Mao Zedong, consideró que los gorriones eran una plaga que dañaba los cultivos de cereales al comerse las semillas. Como resultado, el gobierno lanzó una campaña masiva para erradicar a los gorriones. La población china fue movilizada para perseguir, matar y ahuyentar a estas aves.
La campaña tuvo un impacto inmediato en la población de gorriones, que disminuyó drásticamente. Sin embargo, lo que no se había previsto era que los gorriones también eran depredadores naturales de plagas de insectos, como langostas y saltamontes. Con la disminución de la población de gorriones, estas plagas proliferaron sin control.
La proliferación de plagas de insectos resultó en una devastación de los cultivos. Los insectos devoraron grandes extensiones de campos de cereales, lo que llevó a una disminución significativa en la producción de alimentos. La escasez de alimentos resultante tuvo un impacto devastador en la población china, causando hambrunas generalizadas y una alta tasa de mortalidad.
A medida que la hambruna se intensificaba, surgieron críticas dentro del Partido Comunista Chino sobre la política de matanza de gorriones. Algunos funcionarios comenzaron a advertir sobre las graves consecuencias de esta política. Sin embargo, estas críticas fueron reprimidas en un principio.
No fue sino hasta 1960 que el gobierno chino reconoció oficialmente el error de la política de matanza de gorriones. Mao Zedong y el Partido Comunista chino admitieron que la campaña había sido un desastre. Sin embargo, para entonces, millones de personas ya habían muerto a causa de la hambruna y las secuelas de esta política.